| Revista Producción realizó un reportaje a Arquímedes Carrizo, asesor cañero-azucarero y uno de los principales referentes de Tucumán a la hora de comprobar y sacar a luz las asimetrías existentes entre las producciones sucroalcoholeras de Argentina con la de Brasil. En esta oportunidad, se refirió a la situación actual y el futuro de la «Industria Madre», teniendo en cuentas las principales variables reinantes en el mercado, tanto en materia económica, cultural, de rendimiento y laboral dentro de la principal agroindutria de la región NOA.
¿Cuál es la situación actual del sector azucarero argentino y particularmente el cañero?.
El sector azucarero Argentino ha estado viviendo un momento interesante a partir de la devaluación del año 2002. Los precios relativos lo favorecen ampliamente y las empresas que no tienen pasivos de arrastre tienen un nivel interesante de rentabilidad y las compañías que estaban endeudadas están mejorando su relación patrimonial. Los costos de producción de los productores agrícolas e industriales argentinos se asemejan a los del Brasil (catalogado como el productor más eficiente del mundo) pero con la diferencia de que los productores argentinos no han recibido los cuantiosos subsidios estatales que recibieron los brasileños desde fines de la década del setenta. Los consumidores domiciliarios e industriales compran el azúcar local a los precios más bajos del mundo, lo que favorece Todas las páginasla competitividad mundial de las exportaciones de productos con insumo de azúcar.
El actual precio del azúcar ¿ayuda a la actividad a desenvolverse sin inconvenientes y debería ser más alto a los $ 0,72 peso el kilo vagón ingenio, teniendo en cuenta el costo de producción?.
El sector azucarero puede vender el azúcar en el mercado interno a un precio que es igual al precio del mercado internacional más los gastos de traer el azúcar al país. El precio promedio del azúcar blanco refinado según el contrato Nº5 de la Bolsa de Londres, fue de u$s 0,24 ($0,72) por kg FOB Caribe, en promedio en el año 2004, si computamos los gastos de fletes y otros para introducir el producto al país del orden de los u$s 0,07 ($0,20) por kg., el precio posible de venta en el mercado interno se sitúa entre los u$s 0,27 ($0,8050) a u$s 0,31 ($ 0,92) por kg. vagón Tucumán.Todos estos cálculos son sin considerar los costos del arancel del 20% que paga la importación de azúcar en la Argentina.
En los hechos el sector azucarero tucumano vendió su producción durante el año 2004 a un precio promedio de $ 0,67 (u$s 0,229) el kg., es decir, inferior al precio que tendría del azúcar importado puesto en territorio argentino e inferior además al distorsionado precio (por subsidios) del mercado internacional FOB Caribe. Es decir que el consumidor argentino fue subsidiado por los productores de azúcares locales durante 2004. Esto ocurrió debido a que no se exportó el volumen suficiente y en los tiempos adecuados, por lo que el mercado interno estuvo permanentemente sobre ofertado. Como la ecuación económica es favorable a los productores, el sector, aún con este precio, no sufrió demasiado por esta coyuntura. Pero el mayor ingreso posible y perdido podría haberse aplicado a inversiones fabriles y/o agrícolas, y a la recuperación de los salarios de los recursos humanos de la actividad, disminuidos por la devaluación.
Durante 2003 y 2004 se ha producido una recuperación parcial del nivel de los salarios y servicios que paga el sector. Se espera que esta tendencia continúe en el futuro, situación que exigirá un nivel de ingresos sectorial más alto, para mantener la ecuación económica positiva.
Se habla sobre una posible superproducción de azúcar en la zafra 2005 debido al tiempo climático más lluvioso en los meses de crecimiento de la planta. ¿Esto favorecerá a la actividad o jugaría en contra?.
Una mayor producción, por las ventajas de mayores escalas de producción, disminuiría los costos de producción en las fábricas y en el campo. Lo que es beneficioso para el sector desde este punto de vista.
Con relación a los ingresos, si el sector puede regular su oferta en el mercado interno, exportando la producción que excede la demanda interna, puede ser un año excepcional para los productores y para la región. Si estimamos que un 30% de la producción se podría exportar a un precio promedio del orden de los u$s 0,225 ($ 0,67) por kg y el resto en el mercado interno a un precio de u$s 0,27 ($ 0,805) daría un precio promedio de u$s 0,2565 ($ 0,765) para toda la producción. Este ingreso sería muy bueno para los productores. Lamentablemente la historia contemporánea nos muestra que cuando hubo una alta producción se produjo una crisis azucarera. Lo que obliga al Estado provincial y a los productores a diseñar mecanismos de ordenamiento del mercado interno distintos a los acuerdos voluntarios que funcionaron en el pasado (incluso en la zafra 2003 y 2004) que tuvieron cumplimientos insatisfactorios con las consiguientes crisis sectoriales. Todos estos acuerdos tienen en sí la semilla del incumplimiento, pues los empresarios actúan siempre racionalmente vendiendo su producción en el mercado de mayor precio -el interno- en donde tienen además menos complejidad en la comercialización y menos controles impositivos. Cuando un sector de la economía tiene dos precios para un producto existe un fuerte incentivo a vender en el de mayor precio, eludiendo cualquier control. El funcionamiento de otros mercados nos enseña que ésto es así. Si no recordemos qué pasaba cuando el dólar tenía un precio oficial y otro paralelo. Un ejemplo de que un mercado equilibrado permite mejores precios fue el valor promedio que hubo durante el año 2003, del orden de u$s 0,26 ($ 0,78), debido a que la oferta durante los primeros seis meses fue ordenada como consecuencia de que en la zafra 2002 la producción fue reducida y acotada a la oferta y demanda.
Los mercados internacionales ¿de qué manera afectan el desenvolvimiento de la actividad azucarera argentina?.
Los mercados internacionales acotaron el desarrollo del sector azucarero argentino. En dicho mercado se tira toda la producción excedente en los mercados internos de todos los países productores y su precio es muy bajo y no refleja mínimamente los costos de producción aún de los países más eficientes. Si no hubiera estas distorsiones la Argentina podría ser un importante exportador en forma permanente. Esto obliga a que el Estado intervenga para evitar que estas distorsiones perjudiquen a los productores locales eficientes.
Existe una interesante perspectiva futura, debido a que la UE ha perdido un juicio en la OMC por sus subsidios y en el mediano plazo deberá dejar de exportar (era el segundo exportador mundial pese a ser un productor ineficiente).También juegan a favor en este mercado, los mayores precios y demanda de alcohol por la crisis del petróleo y la mayor demanda de azúcar de los países emergentes (China, India, países de Europa Oriental, etc.) que mantiene firme la tasa de crecimiento del consumo de azúcar mundial en el 2,5% anual.
¿Las exportaciones se están haciendo en tiempo y forma?.
Las exportaciones de la zafra 2003 fueron insuficientes, lo que motivó que el stock de empalme entre la zafra 2003 y 2004 fuera muy alto (190 mil tn.) e hizo que los precios durante los diez primeros meses de 2004 fueran muy bajos. En la zafra 2004 hay que exportar 340.000 tn. para que el mercado quede equilibrado, con un stock de empalme entre las dos zafras, del orden de un mes de consumo. Hasta la fecha, se han exportado un poco más de 180.000 tn.
¿Nuestro país importa azúcar?. Hay un caso testigo que conmovió el año pasado cuando Arcor compro azúcar para exportar golosinas.
Nuestro país no importa azúcar porque el precio interno es más bajo que el del mercado internacional más fletes y gastos. Sólo hubo algunas pequeñas importaciones testigo cuando empresas negociaban sus contratos de compra en el mercado interno, con el fin de mejorar su posición negociadora y dentro del sistema de admisión temporaria. El azúcar importado sólo puede ingresar en condiciones de un dumping escandaloso.
¿Qué necesita el sector cañero-azucarero para crecer y desarrollarse como cualquier otra actividad agroindustrial pujante?.
En primer lugar, un contexto de reglas de juego estables que permitan mantener el precio sin oscilaciones bruscas. Hasta ahora cuando hay sobreproducción, hay crisis azucarera y quiebran muchos ingenios y cañeros. Todos los países del mundo productores importantes tienen regímenes azucareros diseñados por los productores con el apoyo el Estado, que permiten el desarrollo del sector, no tener oscilaciones bruscas es sus ingresos, evitar el daño de los subsidios externos y generar condiciones de sana competencia.
La inestabilidad de los ingresos impide que los productores hagan inversiones importantes en nuevas tecnologías o ampliaciones. Lo que hace que el sector aún no pueda alcanzar todo su potencial y sólo se invierte en proyectos de alta tasa de retorno y cortos períodos de recupero. Es preocupante observar que el principal sector de la economía de Tucuman no tiene una estrategia de largo de plazo apoyada por el Gobierno local. Así como el sector minero, informático, vivitivinícola, yerbatero, etc. tiene su régimen sectorial, el azucarero debería tenerlo con la especial preocupación del Gobierno provincial.
El Estado Nacional ¿ayuda o colabora con la agroindustria azucarera?.
La agroindustria del azúcar no tiene ninguna colaboración especial del Gobierno Nacional, solo hay vigente un régimen arancelario que da una protección del 20%, pero en los hechos, no funciona pues el precio del producto local es menor al podría venir del exterior.
Desde su punto de vista, ¿debería haber una regulación estatal de la actividad?.
El sector azucarero debería tener un plan estratégico con un horizonte de por lo menos 10 años. Para diseñarlo el sector privado azucarero de Tucumán, debería contar con el apoyo del Gobierno Local y Nacional. Este plan estratégico debería contemplar los intereses del sector azucarero tucumano, las relaciones con el sector de Salta y Jujuy, los desarrollos tecnológicos agrícolas e industriales a incentivar, la inserción en el Mercosur, la defensa de los subsidios externos, el sistema impositivo nacional, provincial y municipal más conveniente, el régimen arancelario a la exportación e importación de azúcar, el incentivo para el desarrollo de subproductos y coproductos, sistemas de información de mercado para los productores (especialmente los chicos), pautas de comportamiento ético en el mercado evitando prácticas monopólicas y de abuso de posición dominante, gestionar la eliminación de los subsidios a los productores de edulcorantes de maíz y el programa de exportaciones futuro.
La intervención del Estado (especialmente del Provincial) en el diseño del plan estratégico debe ser al solo efecto de acompañar a los privados, permitir una relación equilibrada entre las partes y apuntalar la concreción de los objetivos mediante la política arancelaria, impositiva, financiera, de apoyo a los desarrollos tecnológicos, etc. que se diseñen. Las normas que se impulsen deben premiar a los productores que avancen en los objetivos fijados en el programa y castigar a los que tengan conductas en contrario, en un contexto de libertad de empresa donde cada empresa elija su camino. El sistema de premios y castigos a instaurar debe traducirse en beneficios y costos económicos que induzcan a los productores a exportar y no que lo hagan por una obligación originada en una disposición legal o acuerdo contractual que no tiene sustento económico y que la lógica del mercado lo lleva al incumplimiento.¤
|
