Datos comparativos
La diferencia entre las remuneraciones está en el nivel de productividad.
Si bien el empleo público no es mayor que el privado, en Tucumán la situación es particular, debido a la mano del Estado en la generación de puestos, a través de subsidios. De acuerdo con algunas proyecciones oficiales, la fuerza laboral del sector público provincial está calculada en 85.000 agentes, distribuidos en distintas áreas del Estado (provincial, municipal y comunal).
Sobre la base de datos compilados por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el último Boletín Estadístico del Departamento de Economía Aplicada de la Fundación Empresaria de Tucumán (Fundafet) da cuenta de que la dotación estatal en Tucumán supera las 110.000 personas, esto es incluyendo las dependencias nacionales con asiento en la provincia. A eso, hay que agregarle la participación oficial en la generación de puestos para jóvenes (call center), mediante subsidios de parte del salario que permiten generar cerca de 6.000 puestos. Asimismo, subsidia a otros 15.000 trabajadores que se enrolan en la cooperativas del Plan Argentina Trabaja.
Según el director del Departamento de Economía Aplicada, Arquímedes Carrizo, esta participación del Estado en el empleo es un reflejo sobre cómo se gasta y a la mayor participación que tiene el sector público en el Producto Bruto Geográfico (PBG), que hasta hace poco era del 26,6%, muy por encima de otras actividades como la del comercio, los servicios o la agroindustria.
En la carrera salarial, el sector público le saca ventaja al privado. El reporte de la Fundafet señala que, hasta setiembre del año pasado, el sueldo estatal promedio era de $ 3.987, mientras que el privado ascendía a $ 3.628. «En cierta medida, esto provoca la caída del nivel de productividad e incide en los resultados de las empresas, al tener un salario más bajo que el estatal», indica Carrizo.
Por esa razón, indican desde la Fundafet, los tucumanos prefieren trabajar en el Estado -no sólo por la estabilidad laboral-, ya que en la comparación del régimen de horarios de trabajo, un empleado privado puede llegar a trabajar en promedio 44 horas, mientras que un agente de la administración pública provincial alrededor de 30 horas a la semana.